La ciudad según Alfredo Ghierra :

"Montevideo es desde siempre una ciudad cosmopolita. De los inmigrantes nos viene el eclecticismo de la arquitectura, aquí conviven los delirios catalanes y su modernismo, los palacios alemanes, los edificios de las grandes empresas inglesas que dominaban los servicios públicos hasta finales de siglo XIX, las villas italianas, las buhardillas francesas, el Decó popular del nuevo mundo, el movimiento moderno y las Vanguardias del SXX y la arquitectura Náutica.
Pero es en la Ciudad Vieja, el distrito histórico de Montevideo que corresponde al área que estuvo tras las murallas hasta la década del 50 del S XIX, donde la conjunción de estilos se da en todo su esplendor"

Fue el barrio de la clase alta y testigo de esto son los palacetes, Casonas hispánicas, italianas o a la francesa y Petit Hotel que abundan por doquier. Cúpulas y miradores, balaustradas de cristal de murano, filigranas de hierro forjado o potentes balcones de mármol están entre sus detalles mas logrados.
Barrio de los cafetines, los cenáculos y las tertulias, las librerías, las tiendas elegantes y los paseos al atardecer por Bulevar Sarandí, restaurantes trendy, tiendas de diseño y las siempre tan montevideanas casas de remate y antigüedades.
Es complejo describir con palabras a la ciudad material, pero más difícil aún resulta contar a quien no lo ha visto, como dibuja el sol de diciembre las molduras de las casas en la calle Buenos Aires, donde surge, al final, como una alucinación, el Palacio Salvo, verdadera Tour Eiffel de la ciudad.
Difícil transmitir a quien nunca estuvo aquí es la escala humana de la ciudad, esa sensación tan socrática donde el hombre es la medida de todas las cosas.
Montevideo se deja caminar y sus calles arboladas de plátanos, que se unen arriba formando un túnel verde, con sus fachadas, ornadas de frisos, pilastras y molduras dignas de mini palacios eclécticos, es una experiencia que invitamos sinceramente a vivir.
En lo posible elija una calle de esas que terminan sobre la Rambla Sur y déjese mecer por el viento y el vaivén de las olas del Rio más ancho del mundo.

Alfredo Ghierra
Ghierra